No salven al panda. (La cruz de los años 90)

Soy el virus moderno, la aguja compartida, la cama de tres sobre tus cejas. Soy el himen de hierro, la pija chiquita, la clave escondida y la vergüenza negra. Soy mamá, soy papá, soy tu amante escondido en las zonas oscuras de tu cuerpo, soy la flecha perdida, clavada justo en tu ojo derecho.
Soy un feto de ocho meses en un cesto de manliba y el retorcijón que pasa la duba. Soy la leche primera que mojó tu entrepierna y la sangre que se pierde con cada luna. Soy el filo complejo que pesa cien años sobre las bolas peludas de una puta vieja.

Yo no voy a hablar de corazones que nunca plantaron en nostros. Mucho menos de amor, ni de orgullo ni futuro.Si todo es amenaza, acordate que el cariño no se junte, pegá, pegá, pegá; tapá lo que queda de ternura con recuerdos. Crucificá tu alma y aliviá la carga. Crucificá tu alma. 

Entre nosotros:

Entre nosotros, nunca la muerte se sintió más cómoda. Si tiene unos amantes: gordos putos, gordos putos, gordos putos.Tantos pibes se mueren, de SIDA de hambre de solos, y tantas chicas se mueren: de SIDA de hambre de solas. Y vos te maquillás esas reputísimas pestañas y escribis sobre la modernidad. 

El amor no es fuerte y la fe es de ellos. No nos pidan que lo hagamos mejor... nosotros ya tenemos sentencia.

Y que tu clítoris traduzca lo que quiera.

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